María Elena Ríos, activista y saxofonista oaxaqueña, víctima de un intento de feminicidio con ácido en 2019, ha denunciado posibles irregularidades en el manejo del caso de su agresor, Juan Antonio Vera Carrizal. La reciente excarcelación y el paradero incierto del exfuncionario han generado alerta, cuestionando la seguridad de la activista y la transparencia en el proceso judicial.
Vera Carrizal, quien permanecía recluido en un centro penitenciario de Oaxaca mientras enfrentaba un proceso penal por el ataque contra Ríos, fue trasladado a un hospital el pasado 2 de diciembre debido a una presunta enfermedad grave. Sin embargo, María Elena Ríos declaró que nunca fue notificada oficialmente sobre esta situación y solo tuvo conocimiento de manera extraoficial.
Al enterarse de la ausencia del agresor en el hospital donde supuestamente estaba internado, Ríos expresó su preocupación por el riesgo de fuga y exigió que se garantizara la vigilancia constante de Vera Carrizal. Además, interpuso una denuncia ante las autoridades locales para solicitar claridad y protección.
El pasado 23 de enero, a través de sus redes sociales, Ríos denunció que el Hospital Santa Anita en Oaxaca, donde supuestamente estaba recluido su agresor, no contaba con ningún tipo de seguridad estatal. En un video publicado en la plataforma ‘X’, la activista recorrió las instalaciones del hospital, evidenciando que no había elementos de custodia ni información sobre la ubicación de Vera Carrizal.
“No hay elemento de la policía estatal, se supone lo están cuidando para que no se fugue, dijo el gobernador. (…) No hay nadie de seguridad, no hay ni un elemento. Él no está en el hospital”, declaró Ríos en el video, que fue ampliamente compartido y comentado.
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