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La administración entrante de Donald Trump está preparando un enfoque agresivo para frenar la inmigración indocumentada en la frontera sur de Estados Unidos, particularmente en las zonas fronterizas entre México y EE. UU. Las primeras medidas se centran en la detención masiva de migrantes y la eliminación de políticas implementadas durante el mandato de Joe Biden. Este plan, que marca un regreso a las estrictas políticas migratorias del primer mandato de Trump, promete generar cambios significativos en la gestión de la frontera.
Medidas Clave: Detención y Deportación Masiva
Una de las medidas más destacadas es la reactivación del programa «Quédate en México»,(Remain in Mexico) (oficialmente llamado Protocolos de Protección a Migrantes), que obliga a los migrantes a permanecer en territorio mexicano mientras esperan la resolución de sus casos migratorios en EE. UU. Esta política, que ya fue criticada por organizaciones defensoras de los derechos humanos, será acompañada de una revisión de las restricciones de asilo y la revocación de las protecciones humanitarias implementadas por la administración Biden.
Además, la nueva administración planea expansión de las instalaciones de detención en zonas metropolitanas cercanas a la frontera, como parte de un esfuerzo por asegurar suficiente espacio para albergar a los migrantes detenidos. También se está considerando la construcción de nuevas instalaciones en áreas cercanas a la frontera para reforzar el espacio de detención y facilitar el proceso de deportación masiva.
Impacto en las Zonas Fronterizas: Preparación para un Aumento en las Deportaciones
El equipo de Trump está revisando la capacidad regional de detención y preparando a operadores privados de prisiones, como CoreCivic, para expandir su capacidad de alojamiento. Además, se está trabajando con cárceles de condado en Texas y otros estados fronterizos para encontrar espacio adicional para los migrantes. La reactivación de la detención familiar, una medida que había sido suspendida bajo Biden, también está en el horizonte, lo que podría generar nuevos desafíos para los migrantes y sus familias en las zonas fronterizas.
La seguridad fronteriza será una prioridad, con la designación de Tom Homan como el nuevo “zar de la frontera”, quien fue responsable de las políticas migratorias de la administración Trump en su primer mandato. Bajo su liderazgo, se anticipa que las redadas laborales y las acciones de deportación se intensificarán, con especial foco en las áreas metropolitanas donde residen grandes comunidades de migrantes.
Recursos Federales y Financiación: Desafíos y Soluciones
Uno de los desafíos clave para la implementación de estas políticas será la obtención de fondos. Ante la falta de una asignación de recursos específicos por parte del Congreso, el equipo de Trump está considerando reprogramar fondos federales y, en casos extremos, declarar una emergencia nacional para desbloquear recursos del Pentágono, como se hizo durante su primer mandato.
Declaración de Emergencia y Capacidades de Detención
Los planes también incluyen una posible declaración de emergencia nacional para garantizar recursos adicionales para la detención y deportación. Esta medida permitiría a la administración utilizar instalaciones del sector privado y colaboraciones con los gobiernos estatales y locales para aumentar la capacidad de detención en la frontera.
Preparación en el Terreno: Estrategias Fronterizas
A medida que el equipo de Trump toma forma, las zonas fronterizas entre México y EE. UU. se están preparando para recibir una implementación más rigurosa de estas políticas. Funcionarios de seguridad fronteriza como Rodney Scott y asesores de Texas como Michael Banks están trabajando para asegurar que las estrategias operativas se alineen con las medidas de seguridad y detención de migrantes, especialmente en estados como Texas, donde la crisis migratoria es más palpable.
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